Esta guitarra no es para cualquiera. Es para los que sienten.
No te vamos a hablar de cuántas cuerdas tiene ni de cuántos trastes (eso ya lo sabés).
Esto es otra cosa.
Se llama Corazón porque no se toca... se siente.
Su boca en forma de corazón no está ahí para adornar. Está ahí para decirte que lo que sale de esta guitarra es puro fuego, pura emoción. No es una guitarra para colgar en la pared ni para tocar tres acordes en una fogata.
Es una guitarra hecha a mano, con madera de verdad.
No es un juguete. Es una herramienta de trabajo para músicos que respetan lo que hacen.
Palo de hierro. Ébano. Pino abeto europeo.
Colores naturales. Diseños quemados (porque el arte también puede doler un poco).
Y si querés personalizarla, lo hacemos.
¿Querés tu nombre? Va. ¿Querés un símbolo que te represente? Lo quemamos en la madera. Literal.
Esto no lo saca una máquina. Lo saca un alma.
Amplificación Rlbags oculto.
Sonido que corta el aire, que te parte en dos.
Un año de garantía. Pero te aseguramos algo:
Cuando la pruebes, no la vas a soltar ni en un millón de años.
La guitarra andina Corazón.
Porque si no te late cuando tocás... entonces no estás tocando nada.
